Durante el desarrollo de la Guerra Civil Burgos jugará un importante papel al convertirse en la capital efectiva del denominado bando nacional. Con el transcurso de la guerra, la Capital de la Cruzada vio aumentar ostensiblemente su población hasta quedar completamente masificada. En sus calles, además de unos aturdidos habitantes autóctonos poco acostumbrados al bullicio de la capital de la retaguardia, se agolpaba una abigarrada geografía humana de recién llegados donde las tropas marroquíes, además de los efectivos de la Italia de Mussolini y de la Alemania del III Reich, ponían el toque más pintoresco.
Importantes jerarcas nazis como Wolfram von Richthofen, jefe del Estado Mayor de la Legión Condor, cuyos Junkers 52 despegaron aquel 26 de abril de 1937 desde el aeródromo de Gamonal para bombardear Gernika, habitaron y se pasearon por las calles de un Burgos que acogía con agrado a otros destacados representantes de la Alemania de Hitler como Paul Winzer, jefe del Partido Nacionalsocialista y responsable de la GESTAPO en España. Pero la que sería sin duda la presencia más sonada fue la del propio Heinrich Himmler, comandante en jefe de las S.S y brazo derecho de Hitler, que en octubre de 1940 visitó un Burgos engalanado con la esvástica durante el transcurso de su viaje por la España de Franco.
Para rastrear la sombra del III Reich en Burgos tendremos la oportunidad de entrevistar a Rodrigo Pérez Barredo, periodista y escritor que a través de sus numerosos reportajes ha dado a conocer las inquietantes relaciones de la Alemania de Hitler y la ciudad de Burgos.
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